domingo, 23 de abril de 2023

HURGARSE

Convertir lo interior en exterior sin usar el cuchillo

 Blanca Varela


Romperse

Y te quedaste con Varela y yo con tantas ganas de que eligieras a Duras y su “Nunca he hecho nada salvo esperar delante de la puerta cerrada”, porque de allí podían pasar tantas cosas, hablar de los cuartos y de los pasillos sería tan sencillo, de las habitaciones compartidas, de las casas que miran al oriente, otras al sur y otras a la nada, de las habitaciones recorridas en tierras ajenas. Cuál es tu tierra fértil te preguntaría, pero esa cita ya no existe, no es nada para ti porque elegiste a Varela, mientras los gorrioncitos le cantan a este cielo de abril mediterráneo que también será el tuyo. ¿Estas son las páginas de mi diario? Pues vamos, si que me gustaría que lo fueran y contarte que estoy en una casa grande, llena de cuartos y cuartitos con una cocina gigante que guarda panes para alimentar cientos de catalanes y gitanos, y que en la casa hay solo mujeres que se intercalan y se transforman, que escribo al lado de un dragón tallado en madera y una camelia roja hermosa vitalizada por el impulso primaveral, cuánto me gustaría, pero no lo hago porque sé que este debe ser tu texto, pero están los gorrioncitos cagando en el cielo de abril que pronto será tu cielo, están las puertas abiertas que alguna vez estuvieron cerradas para nosotras y afuera el ruido, la fiesta, ellos que no nos comprenden disfrutando, ellas tan llenas de vida, tan enteras por dentro y tú —tú y nosotras— tan muñeca partida sin fuerza para llegar hasta la manivela, sin poder abrir la puerta, sin calor para gritar o tan solo silbar: muñeca de collage, fotografía análoga quemada, una doll con vestido blanco, lindo vestido blanco, quiero un vestido blanco y un lazo rosa y unas piernas largas y una cabeza…y una casa puerta rota. Presencia la oscuridad mientras las flores florecen.




Hurgarse 

Sí querido lector, estas no son las páginas de un diario, yo también pude abrirme como Gaia lo hace y usted lo verá en las páginas del presente portafolio, Doll House, que no solo expone en cinco capítulos el paso de María Paula Echeverri por el programa de Gestión de la Moda en el LCI Bogotá, sino que nos muestra la apertura de Gaia, sus manos diminutas de muñeca con tatuajes y anillos, y piedras sagradas. María Paula nos mostrará cómo piensa mientras Gaia nos canta lo que siente entre collages, dibujos, cuartos y ventanas. En la sala invernal, textos para leer en pijama. En la cocina caliente donde el fuego todo lo mueve, el capitulo de mercadeo donde aquel perfume corazón palpita. En el salón principal la rebeldía máxima, Gaia y su mejor amiga siendo ellas las modelos de su editorial, situación prohibida por el propio programa, ellas mostrado el punk tropical de siglo XXI lograron sacar la editorial adelante y por ello aquellas fotografías parecen sacadas de una de las primeras ediciones de la revista iD. Así que vamos cavando en la tierra para llegar a lo profundo, primero con puños, luego con patadas y después con cuchillos, rompiendo las puertas, abriendo ventanas y sintiendo el aire maduro para llegar al cuarto capítulo, Proyecto de grado, donde la calma nos refresca. Gorroncitos cantando, cagando y cantando, mientras te deleitas con los colores cremas y los collages compuestos de manera seductora. La pagina 152 será tu refugio, mira aquella orquídea frutal salvaje, observa las piedras de la luna y las tareas femeninas de cuidado que toda casa necesita para aprender a coser cicatrices con la leche que alimenta la vida. Para terminar el espacio de creatividad, aquel cuarto propio que al bella Helena descubrió hace 2.500 años y Virginia concertó en sus escritos. Intimidad y descubrimientos: hojas llenas de Gaia. 

Coserse

Masticas papeles, muerdes camelias, presionas cigarrillos prendidos en tus brazos, cicatrices de amor, amor dolor, amor amor, Gaia canta mientras guarda su disfraz de María Paula y aprender a usar la aguja. La muñeca partida llevará sus brazos llenos de marcas, metonimia de su propia vida que hurga sentimientos. ¿A qué sabe la libertad María Paula? Sabe a Gaia nos diría, a un beso lleno de arena de Palomino, a sexo en la playa, a saltar desnuda al mar. ¿La libertad? Gaia inventada que canta mientras cose aquella muñeca rota. Energía en espirar que abre toda puerta sin usar el cuchillo.


Prólogo realizado para el portafolio de grado de María Paula Echeverri

No hay comentarios:

Publicar un comentario