Nunca—en todo el pasado del mundo— hubo alguien como ella.
Y tres billones de billones de años después no habría otra joven que fuera exactamente como ella.
C.L
Mirada atenta, sonrisa expresiva, blush rosa en las mejillas: otra amante del género lector amiga. Mirada atenta, sonrisa super expresiva, blush rosa pastel siempre en las mejillas: otra que odiará a Yamamoto en primer cuatrimestre. Otra, otra, otra: no, Sofía González es una rosa rosa y muchas otras, capaz de fabricar armaduras exoesqueléticas para expresar su devoción por la moda en algún Fashion Week a las que asiste en primera fila, amar —amar— a Yamamoto y el lado más poético de la anti-moda, y entregarse por completo a la lectura de Leila Guerrero, Clarice Lispector y Roberto Bolaño.
Sofía, es muchas Sofías, pero es sólo una: una certeza.
No es la primera vez ni será la última que escriba un prólogo sobre desamor, o un amor amor no correspondido, o un amor desenfrenado y sin riendas. Tal vez, sí será la única vez en la que aquel evento canónico donde un corazón roto —un corazón rosa roto— quiere, además del dolor, mostrar su felicidad natural, su verdadera esencia, esa sonrisa expresiva con blush en las mejillas que lejos de ser superficial es pozo profundo. Y podemos hablar de los anagramas que encontrarás a continuación, las frases incompletas, los textos en el capítulo de Comunicación que nos invitan a ese sobre pensar amoroso, no amoroso. La incertidumbre en el amor, donde la Editorial inspirada en las relaciones bajo el efecto de los hongos, le darán el tono glitch surreal al portafolio. Las certezas entre las emociones y las estratégicas que nos deja el capítulo de Mercadeo o el amor seguro que le dan sus dos peludos, Fonci y Taco, quienes inspiraron su Proyecto de Grado. Para finalizar en el capítulo de Creatividad donde ese corazón roto, rosa, cosido y descosido, envuelto con cintas de seda y vuelto a curar entreve, con certeza, todas las puertas que se abren a partir de ese momento no tan querido. Y sí querida mía, estoy escribiendo el prólogo de este portafolio que reúne el paso de Sofía González por el programa de Gestión de la moda en el LCI Bogotá y esta inspirado en la incertidumbre.
Incertidumbre y tres billones de años para no volver a sentirla
Mirada atenta, sonrisa expresiva, blush coral en las mejillas: una super amante del género lector amiga que, con su público ya ganado, aun siente que su mayor miedo, ahora con el corazón completo, es su vida laboral. La única que ama a Yamamoto y es capaz de ponerle un lazo rosado a una de sus negras creaciones y quien sabe que su voz —segura y empatía— es la mayor de sus certezas.
Prólogo realizado para el portafolio de Sofía González
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